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Asueto en Guatemala: familia y fiambre
¡Buenos días!
Hoy se celebra el Día de Todos los Santos, una fecha que tiene un marco eminentemente familiar, aunque extrañando y recordando a quienes ya no están.
República Política les desea un feliz descanso y, para quienes así lo hagan, celebren comiendo el fiambre, plato tradicional —de rigor— en Guatemala.
En este boletín:
•¿Por qué no ha funcionado la campaña de Kamala Harris?
•Entrevista a Mariano Vergara, Subsecretario de Asuntos Políticos de Argentina
Rafael P. Palomo
•¿Por qué no ha funcionado la campaña de Kamala Harris?
742 palabras | 3 mins de lectura
A pesar de su impulso inicial, la campaña de Kamala Harris ha perdido fuerza en la recta final.
Panorama general. A solamente cuatro días para las elecciones, el resultado sigue siendo incierto. Lo seguro es que, lo que en su momento se inclinaba hacia el lado demócrata se ha vuelto a nivelar, incluso, con una ligera ventaja a favor de Donald Trump. Harris ganará, probablemente, el voto popular, pero no parece ser suficiente para llegar a los 270 votos electorales.
La vicepresidenta entró a la contienda con gran vigor, mejorando hasta en un 8 % la intención de voto del otrora candidato, el presidente Joe Biden.
No obstante, la ventaja de hasta un 3 % que logró Harris, en su momento, se ha reducido ahora a un estrecho 1.1 %, con Donald Trump en tendencia al alza.
Los datos son aún más desalentadores en estados pendulares como Arizona, Georgia, Carolina del Norte y, en especial, Pensilvania, dónde los demócratas han perdido la ventaja. Estados sin los cuales la vicepresidenta no puede ganar.
Entre líneas. El partido demócrata nunca supo interpretar lo que esta campaña demandaba. Desde apoyar, inicialmente, la reelección de un desgastado e impopular Joe Biden, a enfocar su campaña en un mensaje de cambio, el partido nunca fue capaz de colocar un mensaje ganador. Harris dirigió una contienda donde defendió a capa y espada al presidente Biden, mientras afirmaba que EE. UU. no podía “soportar cuatro años más” así.
Más importante aún, Harris nunca supo desmarcarse de su jefe. Su estrategia fue correr como opositora, siendo la vicepresidenta, y sin poder desligarse de su parte de responsabilidad en la situación que atraviesa EE. UU.
El panorama era complejo. Harris necesitaba desvincularse del presidente sin aumentar la controversia que generó el golpe que orquestó el partido al momento de apartarlo de la campaña.
Una campaña agresiva, donde se culpe a Biden —exclusivamente— por la inflación, migración y desempleo hubiese favorecido su mensaje. No obstante, hubiese sido otra una traición que podría haber perjudicado la opinión de la base de votantes del partido.
Qué destacar. Aunque Kamala Harris superará a Trump en el total de votos recibidos, no se espera que llegue a los números con los que ganó Biden. El expresidente Trump ha mejorado su popularidad, incluso entre los grupos demográficos que constituyen el voto más fuerte de los demócratas: los latinos, negros y jóvenes con estudios superiores. Este último, incluso con proyecciones de darle su voto mayoritariamente el próximo martes, a diferencia de 2020.
La campaña demócrata se intentó posicionar en dos frentes. El primero, el de Kamala Harris como la solución a la inflación, desempleo y crisis migratoria —originados todos durante su tiempo como vicepresidenta—.
El segundo frente fue la demonización de Donald Trump; estrategia sobre utilizada en contra del republicano desde hace ya ocho años. El segundo mensaje caló tanto como el primero: nada.
Al votante no se le ofreció nada más que una repetición de las mismas metáforas y amenazas apocalípticas de los posibles efectos de una presidencia de Trump. Una profecía fatalista, pero sin peso.
El balance. Harris nunca lo tuvo fácil. Es sumamente complejo dirigir una campaña optimista cuando se corre desde el partido de gobierno, en medio de una crisis. Los demócratas, sin embargo, no fueron capaces de entender que, por mucho repudio que genere Donald Trump, los cuatro años de la administración de Biden lo generan igual o, incluso, más.
Sin una predicción tajante, los números favorecen a Donald Trump, de manera más intensa en la medida que se acerca el día de las elecciones.
Si bien, el reto era complicado, Harris y su partido han quedado a deber a gran parte de un electorado indeciso, que votará por Trump sin mayor convicción, pero con la esperanza de revertir el desastroso rumbo del gobierno de Biden.
Marcos Jacobo Suárez Sipmann
•Entrevista a Mariano Vergara, Subsecretario de Asuntos Políticos de Argentina
República conversó con Mariano Vergara, Subsecretario de Asuntos Políticos de América de la República Argentina, en el marco de su visita a Panamá, Guatemala y República Dominicana. A continuación, los temas que se abordaron.
Guatemala
Guatemala es un país fundamental en la región. El de mayor población, con PIB mayor, que realmente tiene relevancia. La última reunión entre ambos fue en 2019, antes de la pandemia. Consultas políticas. Habíamos tenido contacto con Bernardo Arévalo, hay varios proyectos de cooperación en ejecución que llevan haciéndose unos 10 años.
Inversiones todavía pocas. No obstante, en cuanto al intercambio comercial exportamos todas las camionetas Hilux de Toyota la CCW4, algunas Amarok y algún otro modelo. Vienen todos de Argentina. Es un monto entre los USD 220 y 280M anuales.
Hay un poco de medicamentos, granos, un poco de maquinaria, un poco de dispositivos médicos, variado. Podríamos entrar con productos farmacéuticos porque somos muy competitivos. Tenemos laboratorios instalados en Argentina y en toda la región.
Gran Caribe
Estos son tres países con los que tenemos una agenda que no habíamos abordado en los últimos años. Tenemos coincidencias básicas, políticas que ameritan una visita.
El soft power argentino es muy importante en la región y no lo podemos descuidar. Y ello pese al enorme trabajo que ya realizan los embajadores… Los esfuerzos que hace la cancillería de apoyo al trabajo de los empresarios, a las inversiones, al fútbol, a la música, a la cultura… todo eso esparce de alguna manera la idea y el pensamiento argentinos. La visita de la Cancillería de vez en cuando debe realizarse y en este caso elegimos estos tres países porque nos parecían los indicados y luego avanzaremos hacia otros.
El mensaje con el que yo vengo acá es que estamos de acuerdo con el Estado de derecho, los derechos humanos, la organización republicana del gobierno que respeta las libertades individuales. Valores que compartimos en espacios de diálogo y foros multilaterales. Y eso no pasa por ideologías. Pero hay países que han tomado unas orientaciones autoritarias. Como Nicaragua y Venezuela.
Venezuela
Lo que ha hecho el régimen de Maduro ha sido escandaloso y no hay país que se precie de cierta seriedad que no pueda decirlo abiertamente. Lamentablemente, hay más de 50 países que han legitimado el supuesto triunfo de Maduro.
Con todo, países como México, Brasil y Colombia no han legitimado su victoria. Se han manifestado muy claramente – esa es mi interpretación – en el sentido de que Maduro debe respetar las reglas del juego.
El clamor popular no fue solo expresado en las urnas. También en manifestaciones, en la voz de María Corina Machado, con la huida de Edmundo González, en los seis asilados perseguidos políticos que aún permanecen en la residencia argentina en Caracas, con un valor encomiable. Yo hablo con ellos regularmente.
Una solución regional para la cuestión venezolana
Hay que intentar hablar con sensatez y realismo. No podemos permitir que el caso venezolano se constituya como un ejemplo y cunda en la región. Debe ser claramente señalado, marcado y aislado para que otros países no se animen a seguir esa deriva.
El equilibrio entre la no injerencia en asuntos internos y hasta dónde puede uno opinar sobre lo que ocurre en otro país es un tema delicado. Pero el caso de Venezuela nos afecta a todos. Ahí están los temas migratorios. Estuve en Panamá y vemos lo que ocurre en la Selva del Darién. La cantidad de venezolanos que mueren allí a diario: las fosas, la red de tratas, las chicas que cruzan y las violan, las matan… El desastre ecológico. Claramente, hay límites que el sentido común impone. Hasta donde podamos llegar las democracias por el continente en cuanto Venezuela lo vamos a hacer.
El problema: las democracias pueden hacer relativamente poco. Comunicados, declaraciones, intentar aislar regímenes totalitarios de los foros regionales… Pero no podemos avalar una invasión, por lo menos hasta ahora no se ha hecho.
Yo no me identifico, en lo personal, ni con la derecha o la izquierda. Me refiero claramente a respetar las reglas de juego del sistema democrático. Lo de Venezuela no puede quedar impune.
Relación de Argentina con España
Argentina, por múltiples razones, es el país de Iberoamérica de más vínculos con España. Hay medio millón de españoles en mi país. Es la diáspora española más importante. Argentina fue el único país que ayudó a España en la posguerra. Y estamos orgullosos de ello.
Somos países hermanos. Yo hice una maestría en el centro de estudios constitucionales en los años 95 y 96 en Madrid. Tengo miles de amigos. Puede haber divergencias a nivel político puntual. Sin embargo, son nubes que desaparecen rápidamente en el horizonte. Lo que prima es un vínculo indisoluble, realmente capaz de sobrepasar cualquier diferencia momentánea.
Las peleas políticas no hacen mella. Y recordemos que mientras casualmente esta discusión tuvo lugar entre un presidente y un primer ministro, al mismo tiempo, el diálogo entre el presidente y otros políticos y partidos es excelente.
Para nada está afectando a la hispanidad y a la argentinidad. Existe una admiración mutua que no se da en otros países de América. Pasen por Buenos Aires: centros asturianos, gallegos, navarros, vascos…