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Elecciones en EE. UU.: muy pocos definirán el futuro de millones
¡Buenos días!
Ad portas de la elección en Estados Unidos, en Guatemala, unos y otros contienen la respiración, aunque por razones distintas.
El frecuentemente indecoroso intervencionismo estadunidense en los asuntos internos del país hace que se espere un cambio que ponga fin a esa práctica. Sin embargo, gane quien gane —Harris o Trump— es poco probable que ocurra. Lo que sí cambiará es en qué sentido.
La progresía global cuenta con que los millones de dólares de los contribuyentes norteamericanos sigan financiando sus aventuras —y llenando sus bolsillos—, algo que se acabaría con una segunda presidencia de Trump.
El republicano haría sentir su peculiar talante a los países y gobernantes que no sigan sus designios; pero eso no es nada distinto a lo que se tiene actualmente. Durante la administración demócrata se ha abusado de las sanciones unilaterales en contra de los enemigos de aquel régimen; esas listas han incluido a muchos que no encuentran castigo por sus fechorías en sus países —Guatemala, entre ellos— pero también a otros cuyo único “pecado” ha sido oponerse a las directrices de Washington.
Analistas ya han prevenido al gobierno de Bernardo Arévalo para que contemplen un escenario en donde la capital estadounidense no los lleve “de la manita” como hasta ahora lo han hecho. Cambiarían muchas cosas, seguramente.
Les deseamos un buen inicio de semana laboral.
En este boletín:
•Elecciones de EE. UU.: incertidumbre hasta el último minuto
•Presupuesto 2025: Irresponsable incremento del gasto y déficit fiscal
•Panorama Político Semanal: los ojos puestos en las elecciones de EE. UU.
Rafael P. Palomo
•Elecciones de EE. UU.: incertidumbre hasta el último minuto
762 palabras | 4 mins de lectura
Mañana se decidirá el rumbo de la mayor potencia del mundo, con una contienda cerrada, pero decantándose por los republicanos.
Panorama general. Tras casi dos años desde que el expresidente Donald Trump anunció su candidatura para 2024, la campaña está en sus últimas 24 horas. Las elecciones apuntan a ser las más ajustadas de la historia de EE. UU. Es previsible no tener resultados definitivos hasta días después del 5 de noviembre.
Si bien, la mayoría de los estados se definirán la propia noche del martes, se espera que en otros —como Pensilvania— sea demasiado ajustado para tener algo definitivo mañana.
Esto nos enfrenta a un escenario similar al de 2020, donde las tendencias cambiaron en horas de la madrugada, generando incertidumbre e incredulidad entre los votantes.
Pensilvania será el estado decisivo, sin el cual es poco probable una victoria tanto para republicanos como para demócratas.
¿Cómo funciona? El sistema electoral de EE. UU. es distinto al del resto del mundo. El voto popular no decide el ganador, sino el voto electoral. Este consiste en un Colegio Electoral compuesto por delegados de los 50 estados de la Unión. El número de delegados por cada estado depende de la cantidad de habitantes de este. De manera que, entre más poblado el estado, mayor el número de votos electorales que recibe.
El candidato que gana la mayoría más uno en un estado se lleva el total de votos designados. Solamente Nebraska y Maine reparten sus votos proporcionalmente entre el ganador del estado y los ganadores en sus distritos.
El nuevo presidente es el primero en obtener la mayoría simple de votos electorales: 270. Con 43 de 50 de los estados ya definidos para uno u otro partido, los 74 votos de los siete estados en disputa son los que tardarán en decidirse.
Por qué importa. La cobertura de República de este proceso electoral ha resaltado la importancia de Pensilvania. Los siete estados pendulares en esta elección son: Nevada (6 votos electorales), Arizona (11), Georgia (16), Carolina del Norte (16), Wisconsin (10), Michigan (15) y Pensilvania (19). Trump aventaja a Harris en Arizona, Georgia, Carolina del Norte y, en menor medida, en Nevada y Pensilvania. Harris lleva la ventaja en Wisconsin y Michigan.
Excluyendo a Pensilvania de la ecuación, tal como están las encuestas y las predicciones a día de hoy, Harris obtendría 251 votos electorales y Trump 268. Ninguno podría ganar la presidencia, al no llegar a los 270.
Incluso si los demócratas ganaran Nevada (257 a 262), siguen sin poder ganar la elección sin Pensilvania y sus 19 votos electorales. Es el distrito de mayor magnitud entre todos los estados bisagra.
Los modelos más acertados le dan a Trump un 53 % de probabilidad de ganar Pensilvania, pero el agregado de encuestas refleja un 48.3 % a 48 % a favor del republicano en intención de voto.
En el radar. Considerando los votos totales de Pensilvania en 2020, la elección podría decidirse por solamente 20 000 de 6.9M en el estado. Esos votos representan un 0.002 % del total en Pensilvania y un 0.00012 % de los 160M que se esperan a nivel nacional. Tanto los demócratas como los republicanos lucharán por cada voto en Pensilvania, que, por las distintas modalidades de voto —en persona el 5 de noviembre, por correo, anticipado y provisional—, tomará más de una noche contabilizarlos todos.
De acuerdo con la legislación de Pensilvania, si la diferencia entre dos candidatos es de un 0.5 % o menos, se activa un recuento automático, como sucedió entre Bush y Al Gore en Florida en el 2000.
Con Donald Trump en su última elección presidencial, pocos republicanos se atreverían a poner en riesgo su futuro y capital político con un líder cuya carrera habría terminado.
En conclusión. Los demócratas tienen altas posibilidades de ganar el voto popular, pero son los republicanos los favoritos a ganar la presidencia, el Senado y la Cámara de Representantes. Las probabilidades de victoria se sitúan entre un 51 y un 55 % para Trump, resultado de 40 000 simulaciones de un agregado de 135 encuestas.
El resultado más probable es de 287 votos electorales para los republicanos, contra 250 de los demócratas. Tanto esta, como cualquier otra predicción, empero, es una moneda al aire. La certeza de cualquier escenario es baja.
La crisis de legitimidad del sistema electoral y la polarización de esta elección presagian un conteo largo, tenso y potencialmente conflictivo.
Sin embargo, sin ese sistema, EE. UU. tendría una tiranía demócrata casi asegurada, debido a la densidad poblacional de los estados que usualmente les favorecen.
Marimaite Rayo
•Presupuesto 2025: Irresponsable incremento del gasto y déficit fiscal
591 palabras | 2 mins de lectura
En las últimas semanas, la Comisión de Finanzas del Congreso de la República ha sido la sede para que las diferentes autoridades justifiquen el incremento presupuestario solicitado para el 2025.
Aunque los diputados tienen hasta el 30 de noviembre para aprobar o improbar el proyecto de presupuesto, algunos expertos han planteado dudas sobre el tamaño, las prioridades y la forma de la iniciativa presentada por el Organismo Ejecutivo.
En este sentido, una de las principales preocupaciones es el techo presupuestario, dado que pone en riesgo la característica disciplina fiscal y la sostenibilidad del gasto del país.
Consecuentemente, más que prioridades en el gasto público, el aumento injustificado del techo presupuestario sugiere que el gobierno tiene una visión cortoplacista y rentista, según economistas.
Los datos. Para el ejercicio fiscal 2025, el titular del Ministerio de Finanzas Públicas (MINFIN), Jonathan Menkos, presentó un proyecto de presupuesto que asciende a GTQ 149 000M.
De acuerdo con las estimaciones de expertos, esta propuesta supone el incremento más grande en los últimos 15 años —en términos absolutos— lo cual se refleja en un incremento del 13.49 %, en términos relativos.
Con respecto al ejercicio fiscal 2024, incluyendo la ampliación aprobada en agosto, el presupuesto 2025 implica un aumento de más de GTQ 17 000M.
Más del 80 % del presupuesto ya está comprometido para gastos de funcionamiento y burocracia; únicamente el 18 % de estos ingresos podrá ser distribuido para la ejecución de políticas públicas.
Visto y no visto. El ministro de Finanzas justificó el incremento a las proyecciones positivas que se tienen sobre la recaudación, dado que “se espera llegar a GTQ 109 000M”. No obstante, con relación al Producto Interno Bruto (PIB), estos ingresos tributarios se mantienen estables, mientras que los gastos que se plantean aumentan, lo cual se traduce en un déficit fiscal muy grande.
Los expertos señalan que, conforme al cálculo de sostenibilidad fiscal, Guatemala únicamente tiene capacidad para sobrellevar un déficit fiscal del 2 % del PIB, una regla que, con excepción del 2020 —año de la pandemia—, se ha respetado.
De aprobarse el proyecto, este déficit alcanzaría un 3.1 %, un umbral que evidencia la falta de disciplina en la planificación del gasto público.
Adicionalmente, aunque Guatemala se encuentra entre los parámetros normales sobre el porcentaje de deuda con relación al PIB, debido a la actual carga tributaria, si el déficit no se reduce, el país corre el riesgo de caer en una situación de alarma por la posibilidad de impago de la deuda.
Por qué importa. Durante los últimos cuarenta años, el manejo macroeconómico en Guatemala ha sido estable.
Como consecuencia, los mercados internacionales y las calificadoras de riesgo han premiado al país con calificaciones favorables para la inversión. Esto le ha permitido a Guatemala, financiar su aparato económico de manera consistente.
No obstante, los datos anteriores plantean la posibilidad de que, por la falta de disciplina fiscal y la propensión del sector público a seguir gastando, los indicadores macro-fiscales se deterioren.
Así pues, de no enmendarse —reducirse— el techo presupuestario, la estabilidad macroeconómica y la imagen del país en los mercados internacionales se vería comprometida.
El balance. El techo presupuestario es preocupante y la falta de sostenibilidad en el incremento supone un verdadero riesgo a nivel macroeconómico.
Esta situación únicamente confirma una tendencia que venía dándose en años anteriores en el que el estamento político había perdido el miedo al gasto público.
Además, de aprobarse el proyecto sin tomar en cuenta estas alertas, se estaría sentado un precedente para que, en un futuro, la irresponsable planificación presupuestaria, continúe.
Luis González
•Panorama Político Semanal: los ojos puestos en las elecciones de EE. UU.
653 palabras | 3 mins de lectura
Estados Unidos acapara la atención de todo el mundo; aunque las votaciones se realizan el 5 de noviembre, es probable que durante la semana se conozca —oficialmente—, si el Partido Demócrata mantiene el poder o se lo arrebatan los republicanos, con Donald Trump a la cabeza.
En perspectiva. Guatemala está a la expectativa, porque mucho de lo que sucede en el país depende de las decisiones políticas y económicas de esa nación. Son las votaciones ajenas que mayor relevancia tienen en suelo guatemalteco.
Los grupos de izquierda esperan que Kamala Harris gane, para continuar bastante cómodos con las decisiones que salen de la Casa Blanca. De ganar Trump, la derecha se sentirá aliviada; se esperaría una nueva política desde Washington.
EE. UU. es el segundo mayor destino de las exportaciones guatemaltecas. Hasta agosto, representó el 32 %, mientras que Centroamérica el primero, con 36 % del total de los envíos al exterior. En importaciones, la mayor parte proviene de la producción estadounidense, con un 33 %, seguido de China con un 14 %.
Aparte de la relación comercial, las distintas agencias de cooperación mantienen estrecha relación con entidades públicas, privadas y organizaciones no gubernamentales. El tema de seguridad es crucial para EE. UU., pero también es importante —frenar— la migración.
En el radar. El Congreso inicia el último mes de sesiones ordinarias para luego entrar en un receso. Retomará sus labores el 14 de enero, con una directiva variada, pero con la continuidad de Nery Ramos al frente del Organismo Legislativo.
Hoy, la instancia de Jefes de Bloque se reunirá para definir la agenda semanal. Los diputados tienen varias leyes en espera y es probable que retomen algunas iniciativas importantes relacionadas con infraestructura, seguridad y economía.
Pero lo que no puede esperar es el presupuesto para el 2025. La Comisión de Finanzas espera presentar el dictamen la otra semana. De manera que quedarán unas cuatro sesiones —tal como han trabajado hasta el momento— para aprobar o improbar el proyecto de gastos e ingresos del Estado.
Las interpelaciones a los ministros siguen sin avance. Los jueves son tiempo perdido. Solo el ministro de Gobernación, Francisco Jiménez, ha llegado en 14 ocasiones para el juicio político. Los funcionarios deben presentarse al Congreso sin excusa.
Lo que sigue. En el Organismo Ejecutivo, mañana el presidente, Bernardo Arévalo, recibirá la reconstruida cárcel Centro de Máxima Seguridad Canadá: “Renovación I” hasta ahora conocida como “El Infiernito”, ubicada en Escuintla.
También se espera que esta semana quede rehabilitado el paso sobre el puente Nahualate, en Suchitepéquez. La estructura no recibió mantenimiento a tiempo y estuvo cerca de colapsar. Este problema ha causado graves congestionamientos y atrasos en toda la ruta al Pacífico.
Mientras tanto, el Ministerio de Agricultura informó que sigue de cerca la situación de lluvia en 14 departamentos y 96 municipios. Esos lugares se ubican en áreas donde persiste la humedad, como la Franja Transversal del Norte y el litoral del mar Caribe, que son de particular interés por la producción agroindustrial y alimentaria.
Ecos regionales. El Salvador sigue interesado en atraer inversiones extranjeras. Por ello, la Asamblea Legislativa amplió los beneficios de la ley de incentivos y tratos preferenciales. Esta normativa otorga exenciones de impuestos a salvadoreños que deseen retornar a El Salvador.
La ley fue aprobada el 7 de noviembre de 2023 y estará vigente hasta 2025 para montos de hasta USD 70 000.
En Honduras, el coordinador del Partido Libertad y Refundación, Manuel “Mel” Zelaya Rosales —esposo de la presidenta Xiomara Castro—, dijo que las elecciones generales en noviembre de 2025, “serán la madre de las batallas contra el bipartidismo reaccionario y golpista”. Anticipó que la derecha no volverá a gobernar en el vecino país.
En Panamá, el miércoles 6 de noviembre, el presidente Raúl Mulino presentará la propuesta para reformar la Ley Orgánica de la Caja de Seguro Social. El mandatario confía en que, antes de terminar el año, los cambios serán aprobados.