La izquierda latinoamericana dividida por Maduro

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¡Buenos días!

Hace un par de días, la Secretaría de Comunicación Social de la Presidencia (SCSP) anunció cómo se daría acceso a periodistas al Palacio Nacional de la Cultura. Ya se había adelantado que habría un estricto control de ingreso, luego de un incidente en donde una persona intentó ingresar un arma. Aunque es entendible que exista un registro de quiénes tienen cercano al Presidente y su entorno cercano, la SCSP –bajo la dirección de Santiago Palomo– se metió a honduras al diseñar un procedimiento que evocaba a la extinta Stasi.  

Cámaras gremiales y asociaciones de periodistas se pronunciaron en contra; como resultado, la SCSP reculó. Era previsible. 

No deja de preocupar la intención original pues, en efecto, atentaba contra garantías constitucionales; el Secretario es abogado y debiese saber mejor.  

Nos congratulamos de que se haya dado marcha atrás. 

Gracias por su suscripción y lectura. 

En este boletín:

•Kamala Harris, nulo trabajo en la frontera de EE. UU.

•En el caso de Maduro, las dos izquierdas discrepan

•Falta de inversión en hospitales de nuevo arriesga a pacientes

Kamala Harris es ahora considerada por muchos un factor fundamental para la administración fronteriza de EE. UU., pero la realidad refleja lo contrario.  

Panorama general. Mientras que se espera la nominación oficial de Harris como la candidata presidencial demócrata, sus opositores se han encargado de sacar a relucir sus debilidades asociadas a la vicepresidencia que ostenta. Entre ellas, la migración ha sido el punto focal para los republicanos. De acuerdo con sus contrincantes, Kamala Harris fue considerada la border czar del gobierno de EE. UU.  

• No obstante, la Administración Biden se destaca por registrar los números de encuentros con migrantes más altos en la historia del país.
  
  

• Desde que el presidente tomó posesión, hasta la fecha, el departamento de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. registró más de 10 M de encuentros en su frontera sur.
  
  

• Dado el fracaso de la política de la administración demócrata al respecto, no extraña que ahora la campaña de Harris pretenda distanciarse de ello. 

Entre líneas. En 2021, el presidente Biden encomendó a su vicepresidenta la misión de trabajar en el “Triángulo Norte” para abordar las causas fundamentales de la migración. El demócrata llegó al poder en el apogeo de la postpandemia, cuando la tendencia de inmigración en EE. UU. empezó su camino ascendente. El trabajo de Harris en Guatemala, Honduras y El Salvador era fundamental para frenar el desborde de migrantes entrando por la frontera sur estadounidense. Cuando menos, ese fue el enfoque de la administración.  

• En una reunión con miembros del Caucus Negro del Congreso, en abril de 2021, el presidente comentó que ella haría un "trabajo increíble" con la inmigración. 

Voces. En un comunicado en la red social X, el billonario guatemalteco Luis von Ahn declaró: “Soy de Guatemala, un país responsable de gran parte de la inmigración ilegal a los EE. UU. Kamala Harris ha ayudado a fortalecer el estado de derecho y la economía de mi país, lo que ha llevado a que menos personas quieran emigrar. Estoy seguro de que es la mejor opción para solucionar la crisis fronteriza de EE. UU.”. 

• Un año antes, publicó un comunicado expresando su “profunda preocupación por las amenazas a la democracia y al orden constitucional”, por las acciones del Ministerio Público (MP) en el contexto de las elecciones presidenciales guatemaltecas.
  
  

• “¿Qué tiene que pasar para que Consuelo Porras (fiscal general del MP) renuncie o sea despedida?”, expresó en su cuenta de X el 20 de septiembre de 2021.  

En perspectiva. Las declaraciones de von Ahn contradicen su propia opinión sobre el Estado de Derecho en su país. No obstante, las afirmaciones sobre el trabajo de Harris en materia migratoria tampoco reflejan la realidad. Si bien, el número de encuentros con migrantes guatemaltecos ha disminuido con los años —284,291 en 2021; 233,061 en 2022, y 221,849 en 2023—, poco es atribuible al trabajo de la vicepresidente.  

• El primer año de gobierno de Biden vio el mayor repunte en la tendencia migratoria en Guatemala, de acuerdo con la “Encuesta sobre Migración Internacional de Personas Guatemaltecas y Remesas 2022” de USAID y la Organización Mundial para las Migraciones (OIM).
  
  

• La OIM señala que la disminución de encuentros con guatemaltecos en EE. UU. se debe al incremento de capturas en México, no necesariamente a una reducción de flujos migratorios desde Guatemala.
  
  

• Pero, principalmente, la caída en la cifra de guatemaltecos migrantes se debe al fin de la pandemia, principal responsable del desborde de migrantes cuando se reabrieron las fronteras de los países del Triángulo Norte. 

En conclusión. Kamala Harris no ha hecho nada por la crisis migratoria en EE. UU. Jonathan Martin y Alexander Burns escriben en su libro sobre los primeros días de la presidencia de Biden: “Ella (Kamala Harris) se encargaría del Triángulo Norte, viajando a Centroamérica y negociando con los gobiernos allí, pero en ninguna circunstancia quería ser etiquetada como la czar de la frontera de Biden”. 

• Desde la materia preventiva, sin embargo, tampoco queda claro que a la vicepresidente se le pueda atribuir responsabilidad por la reciente reducción de inmigración proveniente del Triángulo Norte. 

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Sebastián Gennari

•En el caso de Maduro, las dos izquierdas discrepan

Las elecciones venezolanas dieron el resultado que, en retrospectiva, todos debieron haber anticipado: el régimen recurrió al fraude sin miramientos; a las lastimosamente fútiles protestas de la oposición se unió hasta el Partido Comunista, que ha venido alejándose del régimen. 

• La reacción internacional fue enteramente previsible. EE. UU. está “monitoreando” la situación, es decir, aún no ha decidido qué sanciones imponer. La Unión Europea peca de tibia, pidiendo “transparencia” y considerando “prematura” cualquier sanción.
  
  

• El desagrado de la mayoría de los países latinoamericanos ha llevado a Caracas a romper relaciones con siete de ellos: Argentina, Chile, Panamá, Uruguay, Perú, República Dominicana y Costa Rica.
  
  

• Nicaragua, Cuba, Bolivia y Honduras han felicitado a Maduro por su autoproclamado triunfo. El Foro de São Paulo –representante de la izquierda más rancia de la región– vitoreó la oportunidad de dar “continuidad a la revolución bolivariana”. Para sorpresa de algunos, la cancillería colombiana logró callar a su presidente, Gustavo Petro, y emitir una condena. 

Entre líneas. Resulta algo curioso el caso del Grupo de Puebla. Uno de los miembros de su delegación de veedores en Caracas, el expresidente dominicano Leonel Fernández, pidió —a título propio— que el Consejo Nacional Electoral (CNE) venezolano “garantice la transparencia del proceso electoral publicando la totalidad de las actas de escrutinio, desagregadas por centros y mesas de votación”. 

• Sólo se le unió el expresidente colombiano Ernesto Samper. José Luis Rodríguez Zapatero, otrora presidente del Gobierno español y también representante del Grupo de Puebla, no suscribió la carta. Tampoco lo hizo el Grupo de Puebla en sí, que felicitó a Maduro.
  
   

• Fernández y Samper son figuras caducas; en algún momento se habrán declarado socialdemócratas, pero son, ante todo, centristas con cierta inclinación tecnocrática. Su asociación con el Grupo de Puebla es en cierto sentido incidental.
  
  

• Lo mismo puede decirse que Gabriel Boric, el presidente de Chile. En ocasiones se ha mostrado cercano al Grupo de Puebla, interviniendo por videoconferencia en sus cumbres, pero ha sido uno de los más duros críticos del fraude en las elecciones venezolanas. Es otro tipo de izquierdista. 

Vieja guardia. Los movimientos de izquierda en Latinoamérica pueden dividirse en dos: los “rancios”, herederos de las revoluciones del siglo XX y de la marea rosa de la primera década de este siglo, y, por denominarlos de algún modo, los socialdemócratas de Harvard Yard, izquierdistas euro-estadounidenses con alguna impronta criolla. 

• A nadie puede sorprenderle que Cuba, una dictadura trasnochada que pende de un hilo —y se salva por el petróleo subsidiado que le extiende Venezuela—, apoye a Maduro. Un cambio de régimen en Caracas dejaría a La Habana en un “periodo especial”, como cuando colapsó la URSS.
  
  

• Lo mismo puede decirse de Nicaragua. Daniel Ortega, en contra de las recomendaciones de su hermano, Humberto, continúa distanciándose de EE. UU. Va fraguando una alianza con Pekín, pero esta no le bastará; para su coordinación diplomática, le es imprescindible mantener a las demás dictaduras de la región.
  
  

• Sin Venezuela, los despojos restantes de la marea rosa quedarían huérfanos. Sólo la más prestigiosa de las figuras de sus figuras, el presidente brasileño Lula da Silva, ha logrado salir de este marco; por algo en la noche de las elecciones se murmuraba que sólo Celso Amorim, mano derecha de Lula en términos de política exterior, podría convencer a Maduro de desistir. 

El porvenir. Lejos han quedado las esperanzas de la oposición, que pensaba —sin razón, como se ha constatado—, que esta vez sí sería diferente. En vista de las escasas posibilidades de que triunfen las manifestaciones que han ido surgiendo, habrán aprendido que Venezuela carece de salidas electorales. 

• Queda constatada la impotencia de la comunidad internacional, que quiso creer posibles unas elecciones relativamente limpias en Venezuela. Lo más probable es que se impongan algunas sanciones, aunque no serán de peso.
  
  

• Es evidente, además, la división dentro de la izquierda latinoamericana. Los resquicios de la marea rosa, salvo Lula da Silva —siempre más cínico y moderado que los demás—, continúan decantándose por Maduro.
  
  

• Por lo demás, una izquierda más nueva y alineada con EE. UU. ya no siente la necesidad de defender al régimen venezolano. Esto no ha de generar sorpresas: en Venezuela abundan los exchavistas. 

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Marimaite Rayo

•Falta de inversión en hospitales de nuevo arriesga a pacientes

A partir del 15 de junio de 2024, el liderazgo del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS), fue asumido por el doctor Joaquín Barnoya, en reemplazo de Oscar Cordón, quien renunció por motivos de salud.  

• Al ser presentado, Barnoya indicó que su gestión estaría marcada por la recuperación de los servicios públicos, particularmente la red hospitalaria, debido al abandono de los últimos años. 

Es noticia. Más de un mes después de ese discurso de bienvenida, el área de maternidad del Hospital Roosevelt, uno de los centros asistenciales más importantes del sistema, registró una explosión que puso en riesgo la vida de los pacientes. 

• Por esa emergencia, la sala de maternidad suspendió actividades y algunos pacientes se trasladaron a maternidades cantonales.
  
  

• De acuerdo con Luis Chávez, director del hospital, no fue una explosión, sino una fuga de vapor en una de las tuberías localizadas en los almacenes debajo del área de maternidad.
  
  

• No obstante, para evitar riesgos, las autoridades evacuaron a más de 250 personas. 

Hemeroteca. En los siete meses de 2024, no es la primera vez que la infraestructura de uno de los principales centros asistenciales pone en riesgo la vida de los pacientes. 

• En mayo, el hospital San Juan de Dios se vio obligado a suspender visitas y consultas externas debido a los problemas en el suministro de agua.
  
  

• Las autoridades de ese entonces indicaron que las irregularidades del servicio se debían a la falta de mantenimiento de la red de distribución de agua. La infraestructura no había recibido atención en 40 años, aseguraron.

  
  

• Asimismo, el entonces ministro, Oscar Cordón, indicó que Salud tenía un saldo negativo de GTQ  4300M, lo que dificultaba la inversión para mejorar la red hospitalaria. 

¿Ahora qué? Las declaraciones del exfuncionario fueron en mayo y el ministro Barnoya lleva más de un mes en el cargo, sin embargo, los números apuntan a que, pese a los compromisos de ambos funcionarios, el mejoramiento de la red de hospitales no ha sido prioridad. 

• La partida presupuestaria que incluye la construcción, ampliación y mejoramiento de la infraestructura de salud, solo muestra una ejecución del 18.36 %, según el Sistema de Contabilidad Integrada (SICOIN).
  
  

• Asimismo, aunque varios miembros del equipo del presidente Arévalo presumen de los avances alcanzados en los centros hospitalarios de Sololá y Chiquimula –por mencionar algunos– es importante recordar que estos fondos fueron aprobados durante la administración anterior.
  
  

• Es más, hasta el momento, el único concurso que ha lanzado el Ministerio de Salud que establece una mejora a la infraestructura es para el Hospital de San Marcos, según GUATECOMPRAS. 

El balance. Esta falta de iniciativa de parte de las autoridades pone en riesgo la vida de los guatemaltecos, y también profundiza la deuda hospitalaria del país. 

• Los eventos registrados en los hospitales Roosevelt y el San Juan de Dios, son muestra de las consecuencias que tiene el abandono a la red hospitalaria.
  
  

• Consecuentemente, es necesario que, si el compromiso del ministro Barnoya es asegurar que el sistema esté al servicio de la población, el primer paso es la recuperación de los centros de salud.
  
  

• Ello requiere que se ejecuten los fondos disponibles. 

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