Menkos no quiere competencia, quiere control

¡Buenos días!

La cacareada Ley de Competencia enfrenta un desafío más desde su creación: la injerencia indebida de parte del ministro de Finanzas de Arévalo: Jonathan Menkos.

La Superintendencia de Competencia debe ser un ente autónomo y sobre todo, ajeno a presiones políticas o de cualquier otra índole. Sin embargo, todo apunta a la intención gubernamental de cooptarla. El Directorio ya cuenta con por lo menos un alfil del oficialismo, alguien que públicamente se ha mostrado hostil al sector privado —el que está llamado a “regular”—, por lo que se puede sospechar de su sesgo.

Ahora, Menkos presiona para que ese Directorio elija superintendente a un propio, a un achichincle que, dicho sea de paso, también ha mostrado clara tendencia ideológica.

El Gobierno dice querer competencia, pero lo que busca es el control de un ente autónomo a través de presiones y componendas, algo que el “embajador” Iván Velásquez llamaría: cooptación. Claro, si no lo hiciese alguien de su bando.

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Ana González
De un partido a otro, diputados cambian de camisola para el 2027
536 palabras | 3 minutos de lectura

En el Congreso, varios diputados permanecen en el partido que los llevó al poder, pero eso no les ha impedido buscar otro “vehículo electoral” para 2027. Lo hacen con bajo perfil: aparecen en asambleas de nuevas agrupaciones, alinean sus votos y evitan sanciones, en un juego político marcado por la conveniencia personal. 

Por qué importa. El transfuguismo persiste, aunque con nuevas formas. Ya no se rompen vínculos con el partido original, pero sí se alinean con otras fuerzas. Esto al final debilita la representación ciudadana y confirma que los partidos siguen siendo solo vehículos electorales.

  • El analista Francisco Quezada advierte que los diputados “defraudan al votante” al apoyar agrupaciones distintas a las que los llevó al Congreso.

  • Antes el transfuguismo era abierto, hoy se hace bajo la figura de la “lealtad formal” al partido, pero alineados en intereses con otros.

  • La falta de ideología partidaria —de principios— genera que, cambiar lealtades, no represente un escándalo, como ocurriría en democracias con partidos sólidos. 

Datos clave. Entre los diputados que se han acercado a otras agrupaciones —sin renunciar al partido que representan— destaca Jaime Lucero, electo por Vamos pero ya visible en la Unidad Nacional de la Esperanza.

  • Julio Portillo, quien llegó al Congreso con Cabal, ahora integra el equipo de Sandra Torres en Zacapa.

  • Shirley Rivera aún figura como integrante de Vamos, pero lidera el nuevo partido Nuevos Tiempos.

  • Otros congresistas no han oficializado su salto, aunque ya marcaron distancia del grupo que los llevó al poder.

En el radar. En los pasillos del Legislativo sigue circulando la idea de reformar la Ley Orgánica para flexibilizar las restricciones a los diputados independientes. El objetivo: que puedan formar bloques sin quedar relegados de la Junta Directiva o de comisiones.

  • Actualmente, un independiente no puede presidir comisiones ni integrar la directiva, lo que limita su margen de acción política dentro del Congreso.

  • La propuesta, aun sin alcanzar los 81 votos; busca devolverles “peso político” y abrir la puerta a nuevas alianzas multipartidarias.

  • Este movimiento, de aprobarse, facilitaría que diputados migren sin consecuencia alguna. 

Entre líneas. El transfuguismo no solo es un síntoma de debilidad institucional, sino también refleja la estructura de los partidos. En Guatemala, estos no se consolidan como centros ideológicos, sino como vehículos de ocasión al servicio de intereses. 

  • En democracias sólidas, sería escandaloso ver a un diputado pasar de derecha a izquierda o viceversa. 

  • En el país, los partidos funcionan como máquinas electorales con dueños, donde la ideología pesa poco o nada. 

  • La política se reduce a cálculos de supervivencia: los diputados buscan asegurar su reelección, sin importar el color de la camisola.

Lo que sigue.  El mapa legislativo podría fragmentarse aún más de cara al 2027. Con nuevas agrupaciones en formación, las bancadas tradicionales pierden cohesión, mientras diputados prueban suerte en nuevas asambleas y construyen sus próximos refugios políticos.

  • La desarticulación de bloques es una constante en los últimos años de cada legislatura, lo que reduce la posibilidad de consensos estables.

  • Los partidos, al no representar ideologías, tampoco garantizan disciplina; se vuelven solo plataformas de negociación. 

  • Si la reforma avanza, los “cambios de camisola” serán más visibles y normalizados, consolidando la lógica de los intereses sobre la representación del pueblo que los eligió.

 
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🇺🇾 ¿Qué hace que Uruguay sea un referente de estabilidad política en América Latina?

En este episodio de Republicast nos acompañó el embajador Jaime Pache Soto analizamos cómo este país ha logrado que el interés nacional esté por encima del partidario.

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Reynaldo Rodríguez
Pedro Sánchez: tráfico de influencias y corrupción
545 palabras | 3 minutos de lectura

La figura de Pedro Sánchez se ha visto rodeada por tres controversias que, más allá de su evolución judicial, derrumban la integridad discursiva de su círculo de confianza y su autoridad política. En todos los frentes del presidente, la proximidad de los involucrados es crítica: su hermano, suegro, esposa y asesor se han visto envueltos en escándalos severos. El perímetro inmediato del líder del PSOE está plagado de contradicciones con el discurso presidencial y su presunta integridad.

En perspectiva. El caso Koldo —nombrado por Koldo García, asesor de José Luis Ábalos, exministro de Fomento (ahora Transportes, Movilidad y Agenda Urbana)— relaciona un círculo cercano al presidente con un caso de corrupción.

  • El caso investiga trama de comisiones en contratos de mascarillas durante la pandemia, con adjudicaciones irregulares desde Transportes y empresas beneficiarias cercanas. Koldo y otras figuras, curiosamente, incrementaron su patrimonio inmobiliario durante la gestión de estos contratos.

  • La cercanía con Koldo se ve reflejada en un libro de Sánchez — “Manual de resistencia”— donde establecía su expresa confianza en él, etiquetándolo de “referente político”.  

  • Él, junto con Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE, están bajo escrupulosa investigación del Senado y la Audiencia Nacional: ambos integrantes del círculo más cercano al presidente.

Qué destacar. Posterior al escándalo de Ábalos, Begoña Gómez, esposa del presidente, parece haber lucrado de negocios ligados a la prostitución y tráfico de influencias.

  • El presidente Sánchez ha presentado un fuerte discurso contra la prostitución, empujando la penalización del proxenetismo y sanciones a clientes y consumidores de ese mercado a través de modificaciones en el Código Penal.

  • Alberto Núñez Feijóo, presidente del Partido Popular, acusó al presidente y esposa de estar directamente vinculados a un negocio de “saunas” que ofrecían servicios sexuales, cuyo dueño fue el suegro de Sánchez —con quien guardaba una estrecha relación—. El caso es apoyado por una serie de manuscritos del excomisario de la Policía Nacional, José Manuel Villarejo, donde salió a la luz el negocio.

  • Recientemente, el magistrado Juan Carlos Peinado propuso enviar a Begoña Gómez a juicio por tráfico de influencias, considerando fundamental el vínculo con el presidente para llevar a cabo el crimen.

Visto y no visto. El hermano del presidente afirmaba, fiscalmente, residir en Portugal con el propósito de evadir impuestos.

  • David Sánchez habría residido meses en La Moncloa mientras declaraba domicilio en Elvas, Portugal. En paralelo, la Audiencia de Badajoz confirmó su procesamiento por contratación irregular, caso parecido al tráfico de influencias de Begoña Gómez.

  • En caso de que se le impute el haberse acreditado una residencia ficticia, este sería procesado por eventual fraude fiscal y a la Seguridad Social. Independientemente de ello, también estaría siendo procesado por tráfico de influencias en la Diputación.

  • De haber residido en el complejo presidencial, el presidente necesariamente debía saberlo por razones de acceso y seguridad.

En conclusión. La acumulación de indicios sitúa a Pedro Sánchez en la proximidad inmediata de una arquitectura de presunto tráfico de influencias y corrupción repleta de actores familiares, ministeriales y operadores políticos. Esto revela una de dos cosas: o Sánchez es actor clave en los crímenes de sus colaboradores próximos, o es totalmente negligente de los asuntos administrativos cercanos a él. En cualquier escenario, el PSOE y el presidente se han manchado de escándalos de los cuales no pueden salir ilesos.

 
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