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¡Mes patrio, con mucha patria que construir!

¡Buenos días!
No es solo culpa del gobierno actual, claro que no, pero la falta de identidad patria —héroes independentistas, gestas cívicas, luchas trascendentales— siguen sin aparecer. No hay patria sin mitos fundacionales. Las luchas intestinas nos han privado de ellos.
La pugna eterna entre “liberales y conservadores” —hoy, entre “fachos y chairos”— impide sentar las bases de una verdadera república, que subsiste, únicamente, nominalmente.
Inicia septiembre, el mes patrio; un espacio para reflexionar sobre lo que, como individuos en colectividad, queremos como nación.
Les deseamos un buen inicio de semana laboral.

Rafael P. Palomo
Irán y Venezuela, en vilo
708 palabras | 4 minutos de lectura

La invasión militar a Irán y Venezuela parece una amenaza lejana. La intención de Trump, empero, es que aparente ser cada vez más posible.
En perspectiva. El despliegue de destructores Aegis, cruceros, submarinos y miles de efectivos a la costa del Caribe, así como el bombardeo de las instalaciones nucleares de Irán, han abierto la puerta a potenciales intervenciones militares en Venezuela e Irán. Para muchos expertos, Trump está al borde de faltar a su promesa de campaña de ser un presidente pro-paz, que no iniciará ninguna guerra nueva: una simplificación infantil de una estrategia bastante más compleja.
El hecho de que Trump no esté dispuesto a intervenir directamente en un país para derrocar a un régimen enemigo no le exime de querer ver a dichos regímenes caer.
Pero la intervención directa podría no ser necesaria. Siempre y cuando la amenaza sea lo suficientemente creíble, el régimen puede colapsar por su propia cuenta. Esa, al menos, es la intención de EE. UU.
Por qué importa. Maduro se ha visto obligado a hacer una militarización costosa del litoral, desplegando a millones de milicianos y activando un plan de propaganda televisada para despertar apoyo nacionalista a su favor. Irán, por su parte, tras años de presión indirecta —a través tanto de EE. UU. como de Israel— e incluso directa en ocasiones —como con el asesinato de Qassem Soleimani— llegó al punto este año de bombardear Israel, un enemigo al cual sería incapaz de derrotar militarmente, como respuesta.
EE. UU. busca provocar este tipo de reacciones —erráticas, irracionales y económicamente costosas— para debilitar a dichos regímenes, forzándolos a equivocarse públicamente, elevar su gasto defensivo y agrietar las coaliciones internas.
Seguidamente, se busca que esto aumente el descontento de su población y, especialmente, de las élites económicas y militares que sostienen los regímenes, dañando la imagen de sus líderes y dejándolos paulatinamente solos.
Pero estos errores solo son posibles si ellos consideran que existe una amenaza verdaderamente existencial al statu quo y, especialmente, a sus vidas.
Entre líneas. Maduro nunca ha contado con tan poca legitimidad, a raíz de las elecciones de 2024; además, las licencias petroleras moduladas por EE. UU. le pueden generar un problema de caja y capacidad a un Estado altamente dependiente del crudo. Khamenei, por su parte, enfrenta una sociedad que coquetea con el reformismo religioso —en el caso de los más jóvenes, incluso con la secularización—; una Guardia Revolucionaria frágil y vulnerable; un sistema de defensa que aparenta ser incapaz de defender a Irán de un ataque directo, y, sobre todo, su alta edad y una sucesión descontrolada.
Los Estados, tanto de Venezuela como Irán, tienen que navegar a diario con una sociedad que recibiría con entusiasmo un cambio de régimen.
Enfocarse en esfuerzos defensivos aleja la atención de sus líderes de las necesidades inmediatas de sus ciudadanos. Pero, sobre todo, el miedo de una amenaza a la seguridad nacional, con un régimen que ha perdido legitimidad al mando, es el mayor catalizador de un posible colapso interno.
Sin embargo, el hecho de que sus ciudadanos favorezcan un cambio no significa que lo acepten mediante invasión extranjera.
Sí, pero. La estrategia, aunque preferible, no es certera. EE. UU. lo ha intentado ya —sin éxito— en la Cuba post-Bahía de Cochinos, en Corea del Norte, Irak, Vietnam del Norte, entre muchos otros. Las reacciones, en ocasiones, pueden incluso ser adversas. En Irán, el movimiento anti-ayatolas que se había cultivado cuidadosamente se ha disipado un poco por la reacción nacionalista-religiosa a los abusos de Israel a los civiles en la Franja de Gaza.
En Venezuela, Maduro está perdiendo credibilidad —si acaso es posible—, pero los esfuerzos propagandísticos podrían convertir el rechazo de la gente a ser invadidos en apoyo parcial al dictador.
Por el contrario, un esfuerzo confortativo prolongado, sin efectos directos, le resta verosimilitud a la amenaza de EE. UU. Sin credibilidad no hay reacción, y sin reacción del régimen no hay colapso interno.
Trump no iniciará nuevas guerras, pero, si no es capaz de incrementar el fuego en la olla de presión, se verá ante un fracaso que le obligue a él a tomar las decisiones erráticas y costosas para mantener la credibilidad de su amenaza, debilitando así su propia legitimidad en vez de la del enemigo.
Gérman Gómez
China comunista quiere conquistar Latinoamérica, a cualquier costo
501 palabras | 2 minutos de lectura

En los últimos años, el gobierno del Partido Comunista de China (PCC) ha desplegado una estrategia silenciosa —pero constante— para ampliar su influencia política en Centroamérica. Guatemala, uno de los 12 países que reconoce a la República de China (Taiwán), se mantiene como objetivo clave. Actualmente, enfrenta una presión diplomática creciente para cambiar de aliado.
Por qué importa. La narrativa oficial del PCC promete desarrollo mediante proyectos de cooperación, comercio e infraestructura. Sin embargo, su influencia va más allá, pues apunta a expandir su presencia política y militar en la región. Honduras es un ejemplo.
A través de distintos sectores, Pekín pretende cambiar la opinión pública de los guatemaltecos sobre el reconocimiento de Taiwán. Así, busca influir en las decisiones de los políticos y gobernantes.
La China Global Television Network (CGTN) es la red internacional de medios de comunicación que está bajo el control del Departamento de Propaganda del PCC.
En este canal se han intensificado los contenidos sobre Guatemala. En ellos se abordan los “beneficios” de reconocer el principio de una sola China.
Visto y no visto. Varios periodistas nacionales han recibido becas para conocer Pekín y participar en el China International Press Communication Center (CIPCC). Iniciativa que busca, según el gobierno chino, dar una visión multifacética de la nación y fomentar el intercambio cultural y profesional.
Al no tener embajada en Guatemala, el PCC utiliza la de Costa Rica para gestionar los viajes. Todos los costos son cubiertos por China.
La estadía en el país dura cuatro meses. Los periodistas, al regresar, retoman una nueva agenda editorial, que favorece al régimen comunista.
Una estrategia similar se emplea para otorgar becas universitarias a guatemaltecos. Sin dejar por un lado los programas culturales, que dictan los Institutos Confucio.
Sí, pero. China comunista, más allá de la ofensiva comercial, ha invertido fuertemente en la diplomacia cultural y académica de toda la región. Estas iniciativas facilitaron el surgimiento de una generación de profesionales y funcionarios alineados a los intereses de Pekín.
Los beneficiarios de estas “ayudas inmediatas” abogan por las posturas chinas en el país. Por ejemplo, en las universidades, cada vez hay más catedráticos formados por la China comunista.
Ahora surgen Organizaciones No Gubernamentales (ONG) que tienen programas especiales que favorecen el principio de una sola China.
La influencia de China ya transformó la región: uno de los últimos países que resisten es Guatemala. El cambio de reconocimiento diplomático ya lo hicieron Panamá, El Salvador y Honduras.
En conclusión. Guatemala se mantiene como uno de los últimos países de Centroamérica que reconoce a Taiwán, pero la presión de China es constante y cada vez más sofisticada. El uso de medios, becas y programas culturales busca moldear percepciones. Asimismo, alinear a futuros líderes con los intereses de Pekín.
La diplomacia cultural china ya dejó huella en universidades, medios y ONG en el país. Los resultados de cómo influyen estos actores son visibles en otras naciones que abandonaron a Taiwán.
La diplomacia china opera con incentivos inmediatos, pero condiciona las decisiones futuras del país.
Luis González
Ejecutivo envía proyecto de presupuesto para 2026
525 palabras | 2 minutos de lectura

Esta primera semana de septiembre, el Organismo Ejecutivo, a través del Ministerio de Finanzas, entregará al Congreso la propuesta de presupuesto general de ingresos y egresos del Estado para el ejercicio fiscal 2026, estimado en GTQ 163 000M.
Qué destacar. Esta cifra representa un aumento del 5.8% respecto al presupuesto vigente. El proyecto presupone una recaudación tributaria de GTQ 119 0000M y una política de endeudamiento que incluye la emisión de bonos —adicional— de GTQ 27 000M, y préstamos externos por GTQ 4000M.
El déficit fiscal proyectado se mantiene dentro de los márgenes, mientras que el presupuesto representaría aproximadamente el 15 % del PIB. Además, se prevé un crecimiento económico cercano al 4 % para el próximo año.
El Congreso tiene hasta el 30 de noviembre para conocer, discutir y aprobar la iniciativa. Se anticipa que sectores como salud, educación, seguridad y justicia recibirán prioridad en la asignación de recursos.
En el radar. Mañana se reanuda el proceso penal por la desaparición y muerte de Melissa Palacios, joven de 21 años, cuyo cuerpo fue hallado en julio de 2021 con señales de violencia extrema.
El Juzgado de Mayor Riesgo “C”, presidido por la jueza Carol Berganza, conocerá en una sola audiencia la solicitud de aceptación de cargos por parte de María Fernanda Bonilla, sindicada junto con José Luis Marroquín.
Bonilla busca admitir responsabilidad bajo la figura de homicidio en estado de emoción violenta, lo que reduciría considerablemente la pena. La familia de la víctima, sin embargo, exige una condena de 50 años para cada implicado, como castigo proporcional al crimen.
El caso ha estado marcado por retrasos, cambios de juzgado y denuncias de irregularidades. La audiencia representa una oportunidad clave para que se defina el rumbo del proceso.
Ecos regionales. En El Salvador, preocupa el creciente endeudamiento público, ya que, en 2024, alcanzó el 87.58 % del PIB; el más alto de Centroamérica.
En lo que va de 2025, la Asamblea Legislativa salvadoreña, bajo control del partido oficial, aprobó préstamos por más de USD 1735M, superando el total de 2024. Expertos advierten riesgos fiscales. La ciudadanía exige mayor control y trasparencia.
En Honduras aumenta la preocupación por el fin del TPS en EE. UU., que deja sin protección migratoria a más de 50 000 hondureños. La medida los expone a deportaciones tras más de dos décadas de residencia legal en ese país.
La empresa Chiquita anunció su regreso a Bocas del Toro, Panamá, tras firmar un acuerdo con el gobierno, donde invertiría USD 30M. Se espera la reactivación de más de 5000 hectáreas de banano y la creación de hasta 5000 empleos.
Lo que sigue. Durante las celebraciones por el 204 aniversario de la independencia de Guatemala, se organizaron diversas actividades culturales y cívicas.
El lunes 1 de septiembre se encenderá el Fuego Patrio en la plaza de la Constitución.
El sábado 6 se celebrará la gala de la Canción Nacional en el Teatro Miguel Ángel Asturias, seguida el domingo 7 por el Gran Ensamble de Marimbas en el mismo recinto.
La semana siguiente, continuarán las actividades, para cerrar el lunes 15 con el tradicional desfile patrio y el solemne descenso de la bandera nacional.
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