Presidentes de EE. UU. son inimputables, dice la SCOTUS

¡Buenos días! 

La política nacional parece haberse ralentizado nuevamente; el último asunto de mediana trascendencia fue la reunión en el Palacio Nacional a la que el gobierno convocó a los Jefes de Bloque del Legislativo para presentarles argumentos a favor del pretendido estado de Calamidad. Los diputados salieron, cuando menos, reticentes; dijeron que no veían argumentos sólidos, pero que lo analizarían oportunamente. Otros, cabreados por la impuntualidad presidencial –y por restricciones “de seguridad” sin sentido– se retiraron incluso antes de comenzar.  

Aunque todavía no ha sido así decretado por el Ejecutivo y, por consiguiente, no se ha enviado al Legislativo, todo apunta a que será rechazado. 

Ante la poca actividad política nacional, el boletín de República Política de hoy aborda tres asuntos hemisféricos que consideramos son de interés. Confiamos que así sea.

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La derecha aplasta a Macron en Francia, por ahora

El anunciado gabinete de Sheinbaum apunta a continuismo

Se consagra la presidencia imperial estadounidense

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Rafael Párraga
La derecha aplasta a Macron en Francia, por ahora
706 palabras | 3 mins de lectura

La derecha conservadora triunfó en Francia. Macron, derrotado, intentará movilizar al centro y la izquierda para evitar un triunfo de Le Pen en segunda vuelta.

Es noticia. Tras la aplastante derrota de Macron en las elecciones del Parlamento Europeo el mes pasado, el presidente disolvió el Parlamento y adelantó las elecciones legislativas (previstas para 2027), cuya primera vuelta se llevó a cabo el pasado domingo. Macron intentó llevar a la Agrupación Nacional (RN por sus siglas en francés, derecha conservadora) a unas elecciones prematuras, previendo su crecimiento exponencial e intentando evitar una futura victoria contundente. 

  • No obstante, Le Pen y el RN vencieron, imponiéndose a nivel nacional con un 33.5 %, seguidos del Nuevo Frente Popular (FP, izquierda) con un 28.1 % y Ensemble (centro), partido de Macron, con solamente un 20 %.

Por qué importa. La presidencia de Macron no está en juego en estas elecciones; si lo está, sin embargo, la gobernabilidad de su administración hasta 2027. Una mayoría absoluta en el parlamento le permitiría al RN elegir a un primer ministro de su partido.

  • Si los resultados del domingo se replican en la segunda vuelta, Jordan Bardella, presidente del RN, podría ser el próximo primer ministro francés.

Cómo funciona. Francia tiene un sistema electoral complejo, donde coinciden en el poder Ejecutivo tanto un presidente como un primer ministro. Si bien el presidente se elige en una elección propia, el primer ministro depende del Legislativo. El territorio francés se divide en 577 circunscripciones de unos 125 000 habitantes cada una. En cada circunscripción se elige un diputado. Para lograr el escaño se necesita alcanzar la mayoría absoluta (50 % o más) en dicho distrito electoral.  

  • La elección de la Asamblea Nacional (cámara baja francesa) cuenta con una segunda vuelta en caso de no conseguir la mayoría absoluta. Al balotaje pasan todos los candidatos que superaron el umbral del 12.5 % en la primera vuelta.

  • En este caso, al menos 79 escaños se asignaron el pasado domingo, con 39 a favor del partido de Le Pen. La segunda vuelta se celebrará este domingo, 7 de julio.

     

  • La RN, además, quedó en primer lugar en 297 circunscripciones y pasará a segunda vuelta en 485 de las que siguen en disputa. 

En el radar. La complejidad del sistema francés hace que tomar los resultados de la primera vuelta como referencia para predecir el resultado del domingo que viene sea impreciso. En muchas ocasiones, candidatos que han superado el umbral para ir al balotaje se retiran con el fin de formar coaliciones en contra de otros partidos. En circunscripciones donde haya ganado el RN y el FP haya quedado segundo, candidatos de centroizquierda que hayan quedado terceros podrían retirarse para hacer un frente común al partido de Le Pen.  

  • Si bien Le Pen obtuvo una gran victoria ante un Macron que se ha visto derrotado por primera vez desde que es presidente, el primer ministro Gabriel Attal ha declarado ya que su partido formará una alianza con el FP para hacer frente al RN.

  • Por otro lado, la derecha tradicional gala (republicanos), fuera de la contienda en segunda vuelta, podría alinearse detrás de Le Pen para evitar una victoria de la izquierda.

En conclusión. La mal llamada “ultraderecha” francesa obtuvo una victoria sin precedentes en Francia, con la deportación de inmigrantes ilegales como principal bandera. Tanto a nivel europeo como local, la derecha parece haber superado los estigmas que la izquierda le ha impuesto ante el electorado joven. No obstante, Le Pen todavía no puede cantar victoria. Las proyecciones no dan para que el RN alcance la mayoría absoluta (289 diputados) el próximo domingo. 

  • De darse este escenario, Macron habrá logrado su cometido –retrasar la llegada al poder de la derecha conservadora– con la esperanza de poder debilitarla en el camino.

  • Dependerá de las retiradas y permanencias de candidatos, así como la participación ciudadana, que estuvo por encima del 65 %, para confirmar en segunda vuelta –a celebrarse el domingo 7– el resultado obtenido por Le Pen.

  • Es importante resaltar que, si bien los sondeos no le dan la mayoría al RN, las proyecciones legislativas en 2022 esperaban que obtuvieran entre 10 y 40 escaños. El resultado final fue de 89 diputados para el partido de Le Pen. 

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Daniela Mendoza
El anunciado gabinete de Sheinbaum apunta a continuismo
620 palabras | 3 mins de lectura

La presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, ya dio los nombres de más de la mitad del quienes formarán su gabinete de gobierno. No sorprende que su equipo guarde parecido con el del gobierno de AMLO.  

En perspectiva. Tanto analistas, medios de comunicación, como académicos, reaccionaron de manera favorable a los nombramientos. No obstante, algunos han causado polémica.  

  • Los funcionarios anunciados cuentan con una preparación académica y experiencia laboral sin parangón, lo que se ha percibido bien, pues se espera continuar con los proyectos del actual gobierno.

  • Varios de ellos cuentan con posgrados en el extranjero, y han ejercido función pública; algunos durante varios años.

  • Una de las figuras más polémicas es Marcelo Ebrard, próximo secretario de Economía. Fue el principal contrincante de la presidenta electa en las elecciones internas de Morena –había anunciado públicamente que no formaría parte del equipo de trabajo de Sheinbaum–; ahora se dice que lo preparan para ser el mandatario después de ella. 

Por qué importa. En el próximo sexenio hay retos de gran importancia; por ende, el anuncio del gabinete era de interés para la población. 

  • Se anuncia la reconsideración del plan de negocios para Petróleos Mexicanos (PEMEX) como un punto clave de la próxima administración. Para ello, Sheinbaum eligió a Luz Elena González Escobar, ex secretaria de Administración y Finanzas del gobierno de AMLO. Indicó que el nuevo plan se centrará en la extracción de petróleo y gas, así como en la producción de combustibles. Resaltó la importancia de la inversión privada para continuar con la construcción de infraestructura y reducir el endeudamiento.

  • En 2026 se llevará a cabo la revisión del Tratado México, Estados Unidos, Canadá (TMEC). El encargado será Ebrard. Aunque no tiene experiencia como economista, los analistas coinciden que su perfil es apto para la renegociación, pues fue canciller de México por casi la mitad del sexenio. Su rol será aún más relevante si Donald Trump gana las elecciones de EE. UU.


  • La relación con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es relevante. López Obrador, en 2021, puso como asunto prioritario de discusión nacional que esta universidad se haya “derechizado”. Los estudiantes y académicos se tornaron como adversarios al gobierno. Ahora, Sheinbaum –egresada de esa casa de estudios– envió un mensaje de reconciliación. Además, muchos en su gabinete han estudiado o trabajado en esa, la segunda universidad más prestigiosa de Latinoamérica.

Datos clave. Una de las dudas más grandes en el gobierno de Sheinbaum es qué tanta influencia tendrá AMLO. Por el momento, con los nombramientos de su gabinete, es evidente que López Obrador se mantendrá vigente. 

  • 10 de los 12 nombrados, trabajan o trabajaron en el gobierno del actual mandatario. Esto refleja que habrá una continuidad política.

  • El gabinete no refleja distintas corrientes de pensamiento. La gran mayoría son de centroizquierda y antiguos miembros del partido Morena. 

  • Faltan otros siete nombramientos. Entre ellos, las secretarías de Educación y Gobernación, que fueron débiles en el gobierno de López Obrador. 

En conclusión. Aunque el gobierno de AMLO fue de centroizquierda, su administración no se opuso al sector privado; sus decisiones en materia económica fueron moderadas y cautelosas. Esto permitió que la economía se mantuviera estable y logró una buena relación con los empresarios. Se espera que esto continúe con Sheinbaum.  

  • Su mensaje es de calma para los inversionistas. México atrajo importantes montos de inversión extranjera por el nearshoring. La elección de su gabinete es de profesionales moderados, por el gobierno de EE. UU.

  • Se espera que el próximo sexenio siga siendo mesurado para continuar con nuevas inversiones y que genere confianza a los inversionistas para decidirse por México.

  • AMLO seguirá teniendo el oído de su delfín; si Sheinbaum decide hacerle caso o seguir su propio camino, está por verse.

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Sebastián Gennari
Se consagra la presidencia imperial estadounidense
587 palabras | 2 mins de lectura

El 30 de junio, luego de discutir el caso Trump v. EE. UU., la Corte Suprema determinó que los presidentes estadounidenses gozan de “inmunidad absoluta de procesamiento penal por acciones dentro de su autoridad constitucional concluyente y preclusiva”. Los exmandatarios, entre ellos Donald Trump, “tienen derecho al menos a una presunta inmunidad procesal por todos sus actos oficiales”. Esta inmunidad no se expande, sin embargo, a los actos personales. 

El efecto inmediato de esta decisión es complicar cualquier intento de imputar a Trump por el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. La Corte Suprema también encontró deficiencias en el trato que el Departamento de Justicia extendió a los implicados en el asalto, de manera que algunos pronto serán puestos en libertad. 

La Constitución, fundamentándose en la tradición jurídica anglosajona, establece el fuero parlamentario de los senadores y diputados, pero omite hacer lo mismo para los presidentes. Diversas decisiones de altos tribunales han ido expandiendo estos derechos al poder ejecutivo, incluso a los burócratas federales, aunque nunca de forma tan tajante.  

Los demócratas, en sus ansias de enjuiciar a Trump por obstrucción electoral, buscaron desestimar este principio legal. Siendo francos, les salió el tiro por la culata: la inmunidad presidencial ahora ha quedado establecida como un principio legal infranqueable y no podrá cuestionarse por muchos años, debido al dominio conservador sobre la Corte Suprema. Los tres magistrados vitalicios nombrados por Trump —Neil Gorsuch, Brett Kavanaugh y Amy Coney Barrett— tienen 56, 59 y 52, respectivamente.  

Más allá de sus consecuencias prácticas, el fallo tiene un trasfondo filosófico. En los años 70, el historiador Arthur Schlesinger —un liberal a la estadounidense— ya criticaba la naciente “presidencia imperial”, bajo la cual el poder de los mandatarios iba en constante aumento. Para bien o para mal, la decisión de la Corte Suprema constituye un indudable aumento en las prerrogativas presidenciales.  

Los abogados de Trump sugieren que la inmunidad presidencial es algo lógico que no obedece a lealtades partidistas; incluso sugieren que podría beneficiar al presidente Joe Biden una vez este abandone la Casa Blanca. Dicho esto, resulta evidente que Trump desea gobernar cual presidente imperial. 

Es sabido que busca blindar la frontera con México, quizá aplicando la Ley de Insurrección de 1807 para poder desplegar al Ejército. Amparándose en una provisión ambigua de la Ley de Reforma del Servicio Civil, buscará destituir a funcionarios desafectos a su agenda. Ha dicho, además, que impondrá un arancel de al menos un 10% a la mayoría de los productos importados, para así poder negociar acuerdos comerciales más provechosos.  

De ganar, Trump llegaría al poder con la experiencia política que le era ajena en 2017. Sus lugartenientes, sobre todo en el Departamento de Justicia, serían individuos leales a su agenda; ningún republicano se atrevería a cuestionar su liderazgo del partido.  

Por lo demás, una victoria de Trump seguramente resultaría en la jubilación de dos magistrados conservadores, Samuel Alito, de 74 años, y Clarence Thomas, de 76. Siendo esto así, cinco de los nueve magistrados de la Corte Suprema habrían sido nombrados por Trump. Semejante dominio absoluto de la Corte bien podría ser el legado más importante de Trump.  

Trump no ha sido discreto ni subrepticio. Los puntos de su agenda son públicos, y él insiste en que a un presidente se le debe dejar gobernar y ejecutar su programa de gobierno.  

El pánico de los demócratas, que parecen renegar de su candidato, debe entenderse en este contexto. De perder estas elecciones, el actual partido oficialista se enfrenta a unos años extremadamente difíciles.